Te vas a quemar....
Esta era la advertencia típica que escuchaba siempre que andaba juagando con algo peligroso, ya fuera de labios de mi señora madre o bien de mi abuelita; y obviamente no pasó mucho tiempo para que lo entendiera, lo malo es que el conocimiento fue adquirido de manera empírica, o sea que hasta que no me quemé no entendí... pues bien muchos años después puedo aplicar la frase a muchas situaciones de la vida... y lo único que puedo decir es que si no te quieres quemar no juegues con fuego... y que si ya estás jugando, seguramente el calor no tardará mucho en empezar a molestar así que o dejas de jugar o te vas a quemar...